La deserción universitaria es uno de los problemas más preocupantes en América Latina: según la UNESCO, casi el 50% de los estudiantes abandona la carrera antes de obtener su título. Ante este escenario, varias universidades de la región están recurriendo a la inteligencia artificial como herramienta para revertir la tendencia.
El modelo funciona de manera predictiva: los algoritmos analizan cientos de variables —asistencia a clases, participación en plataformas virtuales, notas, tiempos de entrega de trabajos y hasta interacciones en foros académicos— para identificar patrones que indiquen desmotivación o riesgo de abandono. A partir de esos datos, las instituciones generan alertas tempranas y diseñan planes de acompañamiento.
En México, la Universidad Nacional Autónoma (UNAM) implementó un sistema de IA que ya logró reducir en un 15% la deserción en carreras de ciencias exactas. “La clave está en detectar el problema antes de que ocurra. La IA no solo señala a los alumnos en riesgo, sino que también sugiere intervenciones específicas, como tutorías adicionales o apoyo psicológico”, explica Javier Salgado, coordinador del proyecto.
En Argentina, la Universidad Nacional de Córdoba comenzó a probar un programa similar con estudiantes de primer año, etapa donde se concentran la mayoría de los abandonos. Los primeros resultados son alentadores: más del 70% de los alumnos identificados como “en riesgo” permanecieron en sus estudios luego de recibir apoyo personalizado.
Si bien estas herramientas representan un avance, también plantean interrogantes éticos. La transparencia de los algoritmos, la protección de datos personales y el riesgo de estigmatización de los estudiantes son temas que aún generan debate.
A pesar de las dudas, la mayoría de especialistas coincide en que la IA puede convertirse en un factor clave para garantizar la permanencia universitaria. Como señala la socióloga chilena Valeria Muñoz: “La inteligencia artificial no resuelve los problemas estructurales de la educación superior, pero sí ofrece un mapa más preciso para intervenir donde hace falta”.
Con el tiempo, se espera que estos sistemas se perfeccionen y se conviertan en un estándar en la región, permitiendo que más jóvenes logren cumplir el objetivo de graduarse.